miércoles, 5 de enero de 2011

Jaqui la linda mascota dalmata del CBM

Jaqui la linda mascota de los Bomberos Municipales de La Antigua Guatemala.

La historia de los Bomberos Municipales de La Antigua Guatemala se ha visto identificada con los perros de raza Dálmata, como mascotas que viajan a emergencias en los carros bombas, pasean por todos los rincones del cuartel y cuando caen los timbres saben qué hacer, manteniendo una vida bomberil muy parecida a la de los humanos.
En nuestra estación 19, Jaqui la pequeña Dalmata, es otro bombero al igual que “El Chico”, quienes escuchan la alarma de incendio y son los primeros en  abordar la unidad contra incendios B15-1.
Desde civilizaciones muy antiguas como la egipcia, se han hallado dibujos de perros con manchas en paredes de cuevas y tumbas que muestran a canes corriendo al lado de los carruajes tirados por caballos.
 Pinturas rupestres del siglo XVII y XVIII, por lo general muestran a estos singulares perros cuidando y corriendo junto a algún corcel, manteniendo una relación amena que no se encuentra en cualquier tipo de canes con el resto de los animales.
Jaqui y el Chico arriba de la unidad contra incendio B15-1

De esta manera, “el mejor amigo del hombre”, se fue asimilando cada vez más a la casería, ya que además de su buena relación con los caballos, otra de sus características es su instinto cazador y excelentes condiciones para combatir ratones y alimañas.
Los Dálmatas han jugado un papel muy importante como perro de compañía en todos lados especialmente en los cuerpos de bomberos.
Sin embargo, su fama como mascota de los bomberos nace en Inglaterra en la época de las bombas a vapor, cuando estos perros fueron adquiridos en los cuarteles londinenses para cazar las ratas y cualquier clase de animal que se le pareciera.
Su cariño con los caballos y su instinto para acompañar a los carruajes, hacían que cuando había una emergencia salieran corriendo junto al material mayor, ya fuera detrás o al lado de los talones de los corceles o bajo un eje del vehículo, con el fin de abrir camino y asegurar el paso del vehículo de emergencia.
Una vez en el incendio, cuando los bomberos se preocupaban de apagar el siniestro los Dálmata vigilaban las bombas y los caballos, haciendo que los hombres se desligaran del cuidado de la máquina y se abocaran a sofocar las llamas.
Así, los Dálmatas pasaron a convertirse en una parte fundamental de cada cuartel de Inglaterra, donde tenían una función importante dentro del servicio y en las casas bomberiles, que con los años se fue exportando a otros países del mundo y con ello que popularmente fueran conocidos como la mascota de los bomberos.
El paso del tiempo y la implementación de bombas automóviles no sólo dejaron obsoletas a las piezas de material mayor que funcionaban a vapor, sino también a estos canes, ya que no se necesitaban como escoltas, por lo que sus servicios ya no eran necesarios, haciendo que estos singulares perros manchados, pasaran a la historia como “el mejor amigos de los Bomberos”.